El Camino de San Olav en España

El Camino de San Olav

Con motivo de la inauguración de la ermita dedicada a San Olav el 17 de septiembre de 2011 en el bucólico paraje del Valle de los Lobos, término municipal de la hermosa y antigua villa de Covarrubias (Burgos), la Asociación para el Desarrollo de Tierra de Lara ha querido contribuir a la difusión del citado lugar con la creación del Camino de San Olav que, partiendo de Burgos y tras recorrer sesenta kilómetros a través de varios pueblecitos del  legendario Alfoz de Lara, llega a dicha ermita, en un valle que se abre desde la sierra de Mamblas hacia la vega del Arlanza.

Quien lea esta breve reseña del Camino de San Olav se podrá preguntar qué hace un santo noruego en pleno corazón de Castilla. Aunque se trata de una historia cada vez más conocida, merece la pena recordarla una vez más: 

Antes de morir a los 28 años –dicen que de nostalgia- la princesa Kristina de Noruega hizo prometer a su esposo que construiría en Covarrubias un templo a San Olav. La hija del rey Haakon IV de Noruega llegó a España en 1257 para casarse con un hermano del rey Alfonso X, el Sabio, y así fortalecer la unión entre ambos reinos. El matrimonio vivió en Sevilla, pero como el marido, don Felipe, había sido abad de la Colegiata de Covarrubias, decidió enterrar allí a su joven esposa cuando ésta murió sólo cuatro años después de la boda.

 

El Camino de San Olav arranca desde la plaza del Rey San Fernando, a los pies de la impresionante Catedral de Burgos, en pleno corazón de otro camino, el de Santiago. Ambos, Catedral y Camino de Santiago están declarados Patrimonio de la Humanidad. Por todo ello, el Camino de San Olav inicia su andadura en un lugar inmejorable, punto de encuentro de todos los que a Burgos se acercan bien como peregrinos o bien como viajeros.

Abandonamos la citada plaza tras pasar por debajo del Arco de Santa María, cuya fachada hay que detenerse a contemplar, continuando por el puente de Santa María, devuelto hace unos años a sus formas medievales, se llega hasta la plaza Vega.

De la plaza Vega se continúa por la calle Madrid, hasta alcanzar al final de la misma  la Vía Verde, corredor que ha transformado el antiguo trazado del ferrocarril Santander-Mediterráneo en vía para disfrute de caminantes o ciclistas.

Por ella llegamos a Cardeñadijo, el primer pueblo del Camino de San Olav, tras dejar la ciudad de Burgos. Dispone de una buena oferta de bares y restaurantes para refrescarse antes de seguir andando.

Dejando Cardiñadijo el camino continúa hasta los tres modúbares: en primer lugar, Modúbar de la Emparedada, luego Modúbar de la Cuesta y, finalmente, Modúbar de San Cebrián. El paisaje es bastante desamueblado, como diría Delibes, con poca vegetación que deja apreciar claramente el vivo color de la tierra. En todos estos pueblos por donde transcurre el Camino de San Olav la edificación más notable por tamaño y riqueza es la iglesia, aunque también hay casas de cierta antigüedad y porte, así como un patrimonio etnográfico, que conviene conocer.

Tras los modúbares el camino llega hasta Los Ausines. Este nombre en plural obedece a los tres barrios (Quintanilla, San Juan y Sopeña) de que consta este pueblo, dispersos y a cierta distancia unos de otros, y que conforman un caso ciertamente singular. Recomendamos detenerse un tiempo a conocer sus iglesias y su historia; seguro que alguien del pueblo se ofrece a abrirlas y enseñarlas. 

Desde allí, por la carretera y paralelo al río Ausin, podemos llegar hasta Revilla del Campo, localidad de relieve con una muy notable iglesia, cantina y otros atractivos.

Seguimos hasta Quintalara, pueblecito que dependía del campo y ganadería hasta hace poco y que hoy sigue manteniendo el atractivo de los pequeños lugares levantados en medio de una apacible naturaleza. Pueblecito que hoy en día mantiene vigente el arte del carboneo.

Cruzamos Peñalara para seguir por un camino rural bien delimitado hasta Cubillo del César, que cuenta con una acogedora casa rural al lado mismo de una pequeña iglesia rehabilitada digna de visitarse. Estos lugares cercanos a Peñalara están ya más cubiertos de árboles, entre los que destacan las numerosas encinas, pero también las sabinas; no en vano el camino se va adentrando en el territorio de los Sabinares del Arlanza, en fase de estudio para ser declarado Parque Natural y que representa el mayor sabinar de toda Europa.

A lo largo de un terreno llano, por zonas ligeramente ondulados, nos acercamos hasta Cubillejo de Lara, con varios elementos que destacan: su dolmen, uno de los más notables de toda la provincia, y su iglesia dedicada a San Martín, cuya figura aparece sobre la entrada, montado a caballo y partiendo su capa para compartirla con un pobre.

En todos estos pueblos de Lara se aprecia de forma bien visible la influencia serrana en cuanto a la arquitectura rural se refiere. Perviven aún las antiguas chimeneas encestadas en casas alzadas con piedra rojiza. Se trata de una zona muy romanizada, en la que abundan además restos de otros pueblos y de épocas aún más antiguas.

Entre Cubillejo de Lara y Quintanilla de las Viñas se pueden observar abundantes huellas de dinosaurio en el término de Las Ereas. Aunque esta localidad es sobre todo conocida por la pequeña y maravillosa iglesia de Santa María de Lara, reliquia del pasado y esplendor visigótico para unos o de tiempos algo posteriores para otros. Acercarse hasta allí, contemplar su entorno con detenimiento antes de sumergirse en su interior es una experiencia que, sin duda, conmueve. 

Nos hallamos en pleno corazón de Tierra de Lara, parte del Alfoz de Lara, territorio de poemas épicos como el de Los Siete Infantes de Lara o el de Fernán González, considerado primer conde castellano, de cuyo castillo puede contemplarse lo que queda en el Picón de Lara. 

El camino se adentra por las ondulaciones del terreno poblado a veces de robles, a veces de encinas y, con cada vez más frecuencia, de sabinas, atravesando alguna pequeña dehesa y riachuelos hasta llegar a Mambrillas de Lara. Antes de este lugar se pueden observar más huellas de dinosaurios. Dispone de casa rural, cuyos propietarios son un buen ejemplo de la amabilidad de las gentes de Lara. 

 

Y nos hallamos ante la última fase del camino: desde Mambrillas de Lara, atravesando la carretera de Soria, hay que subir por un camino bien hecho a lo alto de la sierra, dejando al principio y a la izquierda un hermoso robledal, para llegar a lo alto y ahora ya entre sabinas y enebros seguir a la derecha hacia la primera de las Mamblas, cerca de la entrada al valle de Santa Olalla, observar bien las indicaciones y bajar hasta la ermita de San Olav, acorde con los gustos de los tiempos actuales, una sorpresa para el que se anime a visitarla y un goce para quien hasta allí se haya lanzado a recorrer el camino a pie y en peregrinaje. ¡Que San Olav acoja al peregrino, le reconforte de los esfuerzos del camino y le dé ánimos para el camino más importante de todos: el de su vida!

Para quien lo desee, unos kilómetros más allá, siguiendo por la carretera de Hortigüela, espera San Pedro de Arlanza, Y es que en Castilla cada camino conduce a un tesoro. No se lo pierdan.


logo junta logo feoga logo ministerio logo leader logo agalsa logo diputacion

Suscribete a nuestro boletín



Dolmenes, Arte visigodo, Románico, Naturaleza...

Todo el arte y la historia que puedas imaginar

Planifica tu peregrinación antes de salir

Dónde descansar, comer y dormir